Derbi 125 Senda SM 4 tiempos

La versión supermoto de la Senda R ha sido un éxito inesperado en la categoría de 50cc. La Senda M es ya una referencia entre las motos con caja de cambios y, al igual que su hermana mayor, aborda ahora el segmento de los 125cc con un bloque de cuatro tiempos.

El «Supermot» para los entendidos volvió a ponerse de moda a finales de los 90. A gusto tanto en carretera como en tierra, está de moda entre los clientes jóvenes.

Diseñados inicialmente para correr en pistas con un 70% de asfalto y un 30% de tierra, los supermotores son atractivos por su aspecto y versatilidad, principalmente en zonas urbanas. A pesar de tener un aspecto general idéntico al de la Senda R, la supermot’ se distingue por sus llantas más pequeñas (2×17″ para la SM frente a 21″ y 18″ para la Senda R) y por una mayor distancia al suelo (285 mm frente a 280 mm para la Senda R). Sus líneas son fieles al estilo iniciado por la R, con un doble faro redondo, más original que en las versiones anteriores, carenados laterales incisivos y un buen salto de viento.

La supermoto española, disponible en dos colores (negro o azul) se distingue de la competencia (Honda XM, Yamaha DT) por su propio carácter. El saber hacer español, ya apreciado en 50cc, sigue siendo inimitable.

Inimitable, pero no del todo, porque el marco perimetral de aluminio alberga un bloque original de Honda. Pero no te preocupes, Nippon, este motor es sólo Honda por diseño.

Los ingenieros de la firma española han revisado su copia a nivel de la caja de cambios, señala el concesionario Crestanevada de motos de ocasión en Granada. Las tres primeras marchas se han acortado para ofrecer un mejor par motor. Sin embargo, esto se hace a costa del consumo de combustible (4,1 l/100 km/h). Esto hace que adelantar en la ciudad sea una formalidad. Ágil, potente y ligero, el Senda SM paga estas cualidades con una fuerte penalización. La de la velocidad máxima. De hecho, el semental ibérico, a pesar de sus 12 CV y 106 kilos, ofrece unas prestaciones escasas: 100 km/h de velocidad máxima.

Pero no importa, si su uso sigue siendo urbano, el SM será más que satisfactorio para sortear el tráfico y deshacerse de los scooters sin demasiados problemas.

Como ya hemos dicho, sus ruedas de 17″ y su escasa distancia al suelo lo convierten en una auténtica anguila de carretera. Como puedes ver, la Senda SM es una moto viva y muy manejable. En cuanto a las suspensiones, lamentamos la ausencia de una horquilla Showa invertida, como en las anteriores versiones de 50 cc.

Pero el monoamortiguador y la horquilla telescópica Paoli siguen estando presentes si no los utilizas demasiado a menudo. Cada bache en el camino se percibe como un pequeño pinchazo debido a la firmeza de los ajustes.

Y no esperes compensar esta desventaja con el sillín, porque a partir de los 50 km el dolor de espalda se hace cada vez más presente. Aparte de estas pocas quejas, el supermotor español es voluntarioso y agresivo cuando se prueba el agarre de la derecha. En la carretera, las curvas cerradas son una formalidad. De hecho, el Senda SM ofrece uno de los mejores compromisos de potencia/manejo de la clase.